No hacer discusiones sin sentido es una sabiduría.

Si una persona es mezquina y llena de prejuicios, su vida estará llena de resentimientos. Dado que es así, la vida del otro está llena de cosas molestas, ¿por qué dejarse llevar por un momento de satisfacción y contaminarse con ira innecesaria? No causar molestias a los demás también es un mérito.

Además, las buenas palabras y la verdad son como sembrar. Si esta persona tiene suerte más adelante, se dará cuenta de sus defectos y comenzará a crecer y transformarse. La bondad sembrada anteriormente se convertirá en una fuerza que lo ayudará en su transformación. Esto también logra un gran mérito para uno mismo.

Lo más importante es que uno mismo es una existencia completa y no necesita probar nada a través de disputas con los demás.

"Si no lo crees o no lo entiendes, no tengo tiempo para intentar convencerte, lo siento."